En los últimos años el diseño industrial ha ido cogiendo más fuerza y presencia en Andalucía, con multitud de eventos, ferias y semanas del diseño. Lo mismo ha ocurrido por toda la geografía española, mejorando la imagen del diseño en general.
Con todo ello los diseñadores industriales hemos reivindicado nuestras competencias y todo el potencial que podemos ofrecer a las empresas, ya que el diseño es un valor indispensable y añadido al conjunto de recursos de los empresarios de cara al mercado. Pero a pesar de todo esto, hay que tener cuidado en un aspecto fundamental, y es que somos ingenieros al fin y al cabo. En muchas situaciones se vende la imagen del diseñador industrial casi como un decorador o interiorista, un diseñador gráfico o un artista independiente, definiciones que pueden ser armas de doble filo.
Bien es cierto que el graduado en Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo del Producto se nutre de una parte artística fundamental en su desarrollo, pero pienso que es mucho más importante la rama industrial de la que absorbe la mayoría de sus conocimientos. Todo ello lleva a una definición más industrial que puede favorecer más la imagen del ingeniero en diseño industrial de cara a las empresas industriales, ahí entra la imagen del ingeniero de producto.
El ingeniero de producto facilita a la comprensión de la profesión y de sus competencias, refiriéndose a aquel ingeniero que realiza el proceso de diseño y desarrollo de equipos, sistemas o aparatos de tal forma que se diseñe un producto apto para su comercialización a través de la fabricación.
La ingeniería de producto se aplica sobre aquellas actividades que optimicen los costes de producción, la facilidad de fabricación, la calidad, la funcionalidad, la fiabilidad, la seguridad y todas aquellas características que repercutan sobre el usuario del producto. Todo ello con un producto atractivo y competitivo en el mercado, porque todo, al fin y al cabo, debe de entrar por los ojos. ¿Qué se consigue con todo esto? Se consigue aumentar las posibilidades de éxito en la fabricación y comercialización del producto por parte del empresario.
Las fases de diseño del producto pasan por el diseño, el desarrollo, la selección de materiales y la transición desde la etapa de prototipado hasta la fabricación del producto. Todo el diseño supone el desarrollo del concepto del producto y el diseño de sus componentes y partes mecánicas, electrónicas y de software, pasando también por la ergonomía y el packaging.
Cuando se completa el diseño inicial y su desarrollo, se lleva a cabo la transición del producto para su fabricación en grandes cantidades por parte del fabricante de acuerdo a las proyecciones del mercado por parte de la empresa.
Para dicha fabricación se emplea software ingenieril fundamental para todo ingeniero de productos. Este software puede ser de tipo CAD (Computer Aided Design) o diseño asistido por ordenador, CAM (Computer Aided Manufacturing) o fabricación asistida por ordenador y CAE (Computer Aided Enginering) o ingeniería asistida por ordenador, términos que todo diseñador debe conocer.
Como ejemplos del software más utilizado por los ingenieros de producto puedo citar SolidWorks, CATIA, AutoCAD, Fikus Visualcam, Revit, Solidcam, Inventor, entre multitud de ellos.
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